A nadie se le escapa hoy la importancia que tiene el inglés
en nuestra vida cotidiana. Necesitamos hablar inglés para desenvolvernos cuando
viajamos a otros países y para trabajar en un entorno globalizado, lo que hace
que debamos considerarlo como nuestra segunda lengua y empezar a aprenderlo lo
más temprano posible.
Aún estamos acostumbrados a que el aprendizaje de nuestros
hijos se reduzca solamente a las materias curriculares, sin tener muchas veces
en cuenta el inglés, y es frecuente ver cómo aprender un segundo idioma es algo
relegado a una simple actividad extraescolar.
Iniciar el aprendizaje del inglés desde la infancia es el
mejor momento. Los niños cuentan con una excelente capacidad de absorción del
lenguaje y de imitación de sonidos. Son tremendamente espontáneos y no tienen
el sentido del ridículo que sienten los mayores, que les hace no sentirse
inhibidos a la hora de hablar y practicar el inglés. Así, por imitación, los
niños reproducen los sonidos y las frases y son capaces de aprender más
rápidamente un segundo idioma.
Durante la infancia el juego es una de las actividades
favoritas de todo niño y conectar juego e inglés captará sin duda su atención y
aumentará su predisposición para aprender el idioma. Siempre se puede recurrir
a juguetes, juegos o multimedia bilingües, o utilizar canciones y juegos que inventemos
para ellos.
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